jueves, 3 de noviembre de 2016

La leyenda de "La Cruz del Diablo de Cuenca"


Buenos días, amigas, hoy les voy ha contar una leyenda muy conocida que posiblemente no conozcan.

En  Cuenca,ciudad de misterios, enigmas y empedradas calles repletas de pasajes históricos, se cuenta una leyenda mítica que descubrirán si siguen leyendo.

Desde la calle Pilares, bajando por un precioso empedrado, llegamos a la ermita Santuario de las Angustias, erigida en el siglo SXIV  yes el lugar donde se centra nuestra historia.

Vivía por estas calles un guapo muchacho, hijo del oidor de la villa. El bello zagal en edad de efectuar sus correrías, no dejaba una chica sin probar y así tomo fama de mentiroso, pendenciero y bravucón ya que conquistaba a todas las doncellas casaderas del lugar y después de cortejarlas y conseguir sus propósitos placenteros las dejaba plantadas sin más ; a nada de eso podían dar crédito sus familiares, pues el cargo que desempeñaba su padre, signo de buena estirpe y descendencia.

Pero cierto día, conoció a una dama bellisima y seductora; además era forastera y recien llegada a la ciudad. Cuando paseaba por las calles , las mujeres bajaban sus miradas y de reojo miraban  qué hombre era el primero en lanzarle una sonrisa , pues la chica dejaba a todo el mundo con la boca abierta por su belleza e irresistible impulso.

Los jovenes salian a su encuentro para simplemente saludarla e intercambiar unas palabras . Hasta que un buen día nuestro apuesto galán decidió lanzarse y presentarse. La hermosa joven lo correspodió y le dijo que se llamaba Diana . Contento y presentuoso, se fue con sus amigos para vacilar.

Diana que tonta no era, también se percato de la belleza del joven, al que con el tiempo fue conociendo mejor , pero viendo sus intenciones le fue dando largas.

El muchacho cambió, se quedo ensimismado con Diana, estaba totalmente obbcecado en ella y con hacerla suya, algo que ella se lo ponía my difícil.

Una mañana, en vísperas de Todos los Santos, Diana le hizo llegar una misiva que el joven leyó sorprendido: Te espero en la puerta de las Angustias. Seré tuya en la noche de los Difuntos.

Por fin el muchacho iba a conseguirla. Se arreglo tanto como pudo, con sus mejores ropas y fragancias que guardaba para ocasiones especiales.

Esa noche se fraguó una fuerte tormenta, los truenos retumbaban y  los relampagos iluminaban el cielo que parecía fuego. Él debía estar puntual en el lugar donde Diana le había citado, raudo y veloz, cruzó las 4 calles que lo separaban del santuario de las Angustias.
Ella estaba sentada en el atrio y él se abalanzo sobre ella, que le respondiocon unos besos tan dulces tan dulces y tiernos, loco de desesperación, fue intensificando sus caricias hasta que sus manos comenzaron a levantar la falda y de repente cayó un relampago que iluminó de pleno el pie de Diana , que resultó ser una pezuña de un macho cabrío. Aterrorizado, el joven tiro el zapato y dando gritos de terror y de espanto. Diana, que era el mismisimo diablo, con una voz cavernosa y estrepitosamente desgarrada, lanzaba carcajadas que resonaban entre las antiguas piedras del santuario.


El joven presa del pánico, se abrazo a la cruz que había en la puerta de las Angustias; el diablo se abalanzó sobre él, lanzandole un zarpazo al tiempo que sonaba un trueno inmenso. Cuando el chico abrió los ojos, el zarpazo le había rozado el hombro y había dejado una marca en la piedra, que hoy en día todavía se puede apreciar en el lugar.

Se dice que el chico ingresó en el santuario de las Angustias y nunca más volvió a ver la luz del día ni de la noche.

Raquel Vieco





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